lunes, 22 de diciembre de 2008

¿Quién hace latir tu corazón?

Como si estuvieras probando el espacio de mi corazón, despacio, tocaste la puerta y esperaste a que abra. No era muy grande, ni especial lo que te aguardaba. Había pequeños huecos y espacios vacíos, había telas de araña, rencores y amigos. Y en el centro, una vela... Una vela que ardía con una llama incandescente, que un ejército de recuerdos intentaba apagar con grandes soplos de odio, pero era imposible. No quería extinguirse. Por más malos recuerdos, por mas rencores, por más nuevos desafíos, las lenguas de Fuego se mantenían vivas, alimentadas por un amor, tan puro y simple como el que ama dejando ir.
Y sin embargo, te quedaste… elegiste un rincón, tibio, al lado de mi música y mis recuerdos de escuela. Te entendiste rápidamente con mis miedos y mis sueños, aunque no te cayeron muy bien mis desesperanzas. Y ahí estás, en un rincón de mi corazón… esperando, latiendo. Sin otro anhelo que verme sonreír, que hacerme feliz… y aunque no es el centro… es importante. Solo porque estés en él, soy feliz…
Y quizás, cuando el hechizo se rompa por completo, cuando la espina de la última flor se transforme en pétalo, cuando la brisa de primavera anuncie un nuevo comienzo, no habrá más recuerdos que hagan crecer el fuego, sino manantiales de esperanza que apagaran la locura de un amor pasado. Y así, de a poco… con miedo, con locura, con esperanza, caminarás hacia el centro de todo. Y tímidamente te sentarás y harás latir mi corazó, como anoche, cuando te soñaba..