viernes, 12 de julio de 2013

Salida

Quizás no nos importa tanto salir, sino salir bien parados. Con el Status intacto, con el orgullo solemne. ¿Qué es un corazón roto contra una reputación impecable? ¿Qué son noches en vela contra un "menos mal" a tiempo? ¿Qué es? Es esa obsesión burguesa por el "yo sabía". Esa falsa inseguridad de la decisión firme. Es ese tironeo de la cuerda con la que no queremos enredarnos, pero que por la noche buscamos y nos ahorca.

domingo, 7 de abril de 2013

Muy 2008

Hace varios días estoy tratando de decir algo de esa infame esquina y no puedo.
Pero me pasa cada vez.. cada maldita vez que paso por ahí tengo que mirar para esa esquina.
No es que no sea hermosa, de hecho lo es. Nunca una calle me pareció tan poética, tan tranquila, tan de un viejo Buenos Aires (si, ese que añoran los tangueros y Alejandro Dolina).
Pero es el recuerdo, es la asociación libre (dirían los psiquiatras, [aunque no se que tan libre]), es la calle adoquinada, el único carril, el gusto a Belgrano. No sé..
No sé que decir de esa maldita para olvidarla. Para que me sea tan insulsa como un Thames y Cabrera.
Una tarde. Una sola tarde aparentemente basta para arruinarte todas las mañanas del resto de tu vida.

quizás simplemente no se reduzca a la esquina (y ahí entraríamos en un gran, gran problema.

Muy 2010

Supongo que de caerme tantas veces ya estoy acostumbrada a los raspones.
Y a levantarme siempre. A veces más rápido, a veces despacio.. (a veces duermo en el piso). A veces sola.. y tantas con ayuda..
Esas ayudas que lastiman mi orgullo. Lo lastiman en lo más hondo de su centro. Y duele más que la caída. Duelen. Esas que duelen son las veces en las que tengo que pedir ayuda y no llega, o en las que tengo que pedir ayuda y llega, pero tarde o de mala gana, o con una sonrisa de complacencia en el rostro, con un "te lo dije" atravesado´. ¡Cómo le duele a mi pobre orgullo!
Pero esas veces, en que no pido nada. Y que miro la montaña desde mi pozo particular y se asoman unos ojos claritos y me dan una mano y un chiste.. esas veces son las más lindas. Las que por más que el orgullo se lastime, llega una venda que tapa la herida. (Es una venda con corona, claramente).. y esas veces me acuerdo que mi definición de la palabra "feliz" puede acercarse un pasito a la de los normales..
Pero (y este es un "pero" más grande), esas veces en que se promete ayuda, (aunque no la haya pedido, claro.. (sino estaríamos en el caso uno)) y no llega... no es que duela: astilla. Astilla el alma, despacito. Y como un cristal, se puede ver lo frágil..
Y hoy, es así, y hoy astilla.
Y x tantas veces que me caí, y x tantas veces que me levanté sola, y x tantas veces que tuve que pedir ayuda..
Hoy, es que paro sola. Y miro de costado a donde deberías estar vos (no porque te lo pida.. ¡Si de hecho no lo hice!). Y corriendo la mirada camino, camino despacio y firme.. para borrar esa huella que no se ve, pero que mi corazón (ajjj perdón!) sabe que está (que debería estar) ahí.
Wow... muy 2010.