jueves, 6 de noviembre de 2008

desafinando amores


Las notas vacías llenaban los oídos de los degustadores de ruido. No se oían mas que gritos de euforia incesante y vulgar. No había mas que luces tenues que enmudecían los alaridos. Todo de pronto se vio en camara lenta. Cuando salió Isabel a escena, yo ya no estaba ahi. Era una atmósfera con demasiado perfume a domingo